reposando
mis mejillas sobre la arena
en la
inmensidad de mis costas sobre altas palmeras
crepúsculo
en oleajes de un sol agonizante,
olas
apacibles, del Atlántico sirenas,
todas
estremecidas de algas y fitoplancton,
parecían
ser mariposas del mar, cuando planean.
En lo
profundo de mi alma cardúmenes de seda,
nadando en
espejismos de un salitre mágico,
discurría
en mis sueños un azul nostálgico
confundido
entre burbujas que el liquen enreda.
Soñé ser
caracola, calamar y almeja
murmurando
a popa y proa
al sol
cuando se aleja,
lo mismo
cantos suaves, lo mismo una loa
de
espirales voces del mar mediterráneo.
Y soñé ser
una estrella que cayó del cielo
para
volverse en tus aguas marinera
estrella
titilando en la marea
brillante
de oro aljófar y perlas.